MERCADOS 2012MER02JNMAD02/06/201308:00MERCADOSArtículo Quark (15440573)01/06/1323:41PRIMERA30206051.jpg21549.98743808.329456269.114154933.3240.0000.000Los participantes en una reciente asamblea de OuiShare en Madrid bromean sobre su particular visión de la economía. / EL MUNDO21549.993154933.324267449.997158637.4800.0000.000> revolución
EL auge de la economía colaborativa
La crisis del modelo actual y el ‘boom’ de las redes sociales disparan su actividad en España, que es ya el tercer país del mundo con más espacios de ‘coworking’. Por Carlos Fresneda / Londres21549.987162341.657267449.992199383.3240.0000.000Todo empezó con el intercambio de casas. De ahí pasamos al coche compartido y a la bici pública. Después vinieron los bancos de tiempo, las redes de intercambio y los solucionadores a domicilio. Y finalmente el crowdfunding, y el crowdsourcing, y el coworking, y los préstamos P2P entre particulares, y el food sharing para evitar el despilfarro de comida, y también los huertos compartidos.
El universo de la economía colaborativa se expande por minutos. La crisis y las redes sociales han servido para encauzar la vieja ley de la oferta y la demanda por derroteros muy distintos a los de hace una década. Compartir ha desplazado a competir como la palabra clave en estos tiempos que corren. La propiedad ha pasado a segundo plano. Lo que los jóvenes (y no tan jóvenes) valoran hoy en día es el uso o el acceso...
La tendencia arrancó simbólicamente allá por 2007, cuando Joe Gebbia y Brian Chesky (que entonces tenían 27 años), decidieron alquilar tres camas inflables en su propia casa para albergar a tres desconocidos que no encontraban sitio en ningún hotel de San Francisco. De ahí le viene el aire a Airbnb, la red de alquiler de casas entre particulares que hoy por hoy está presente en 192 países. España, y en plena crisis, se ha convertido en el tercer mercado mundial, con 35.000 propiedades y 200.000 usuarios.
La respuesta autóctona no se ha hecho esperar, y ahí tenemos a Knok, que eleva el tradicional intercambio de casas a una nueva dimensión, gracias a la usabilidad de su plataforma on line y a las garantías de seguridad que ofrece a los usuarios. En apenas dos años, la red creada por Juanjo Rodríguez ha incorporado 20.000 casas en 159 países y acaba de recibir una inyección de medio millón de euros de inversores españoles.
«Yo llevaba seis años usando casas compartidas para viajar, pero todo lo que había en internet era muy desfasado y poco práctico», reconoce Rodríguez. Con el viento en popa, y marcando las diferencias con Airbnb, Knok se ha convertido en una referencia mundial: «Cuando descubres el intercambio te conviertes en un verdadero fan, no sólo por el dinero que te ahorras, sino por las relaciones personales que sea crean… Es difícil resistirse a una oferta de viajar (gratis) a París».
En París coincidimos precisamente con Juanjo Rodríguez, en el primer encuentro europeo de la economía colaborativa organizado por OuiShare. Allí llegamos a contar hasta treinta emprendedores e innovadores sociales españoles, codeándose con los anfitriones franceses y con ideas muy adaptadas a nuestras duras circunstancias, como Prepárate-banco de tiempo (para mejorar la empleabilidad) o Workyland (para facilitar el salto a quienes buscan trabajo en el extranjero).
«La crisis ha obligado a la gente a buscar alternativas», certifica Albert Cañigueral, conector de OuiShare para España y América Latina y fundador de Consumo Colaborativo. «La tendencia ha madurado en España y el paisaje ha cambiado radicalmente, con más de 150 startups creadas en el último año. Estamos ante un sector muy dinámico y en continua reconversión, que a veces se topa con normas pensadas para una economía industrial y productiva. Estamos pasando a una economía de la eficiencia y eso implica adaptar las regulaciones y poder hacer las cosas de otra manera».
Con esos problemas se topó precisamente Ramón Blanco, cofundador de Etece («tiempo para los que no tienen tiempo»). Blanco tuvo que realizar los debidos ajustes para adaptar el exitoso modelo del TaskRabbit norteamericano… «En EEUU no necesitas declarar por debajo de los 600 dólares de facturación. Aquí, todos los trabajos, por pequeños que sean, están fuertemente regulados».
Los más de 350 solucionadores de Etece, desplegados ya en Madrid, Barcelona y Valencia, son en su mayoría autónomos como Elazen Xabier, electricista, montador y lo que le echen, que logra así un empujón extra para llegar a fin de mes. Aparte de los arreglos domésticos, Blanco estima que sus solucionadores le han ahorrado a los españoles 5.000 horas en un año «para dedicarlas a cuestiones realmente importantes».
Mar Alarcón, cofundadora de Social Car, pionera del alquiler de coches entre particulares con 15.000 usuarios en toda España, pone también sobre el tapete los beneficios sociales y ecológicos: «Estamos permitiendo no sólo reducir el número de coches en circulación, sino disminuir de paso las emisiones de CO2… Y luego está el factor económico, tampoco vamos a negarlo. Cualquiera puede tener unos ingresos extras alquilando su coche: yo misma hice la prueba y ahí sigo».
La adquisición Zipcar por Avis dice mucho del potencial económico del auto compartido, en el que están entrando de lleno los fabricantes. El coche ha pinchado como símbolo de estatus y sin embargo está triunfando como lo que es, una herramienta práctica de movilidad. Que se lo digan si no al millón largo de conductores de Bla Bla Car en Europa que llevan de un lado para otro a pasajeros no motorizados.
En Gran Bretaña se ha puesto también de moda ceder en alquiler las rampas de entrada en las casas para garaje (parkinmyhouse), y ya puestos hasta acampar en los jardines traseros (campinmygarden). Las casas particulares se están convirtiendo en alternativa más real y barata a los restaurantes típicos (eatwith). Y en ciudades como Barcelona hay ya una manera distinta de explorar la ciudad de la mano de impagables anfitriones (trip4real).
Barcelona despunta por cierto como ciudad colaborativa, gracias entre otros a la labor de Tomas Díez, al frente del FabLab. «De la misma manera que existen ya los espacios de coworking, están surgiendo los espacios cocreativos y coproductivos que van a ser las bibliotecas del futuro», asegura Díez, empeñado en incorporar la producción colaborativa y en código abierto a la ecuación.
Smart Citizens se llama precisamente el sistema ideado por el FabLab de Barcelona, partiendo del hardware libre de Arduino, para construir pequeños sensores inteligentes que podrán ser usados por los ciudadanos para medir la contaminación y los niveles de ruido. El proyecto se está financiando a través de Goteo, fiel a su máxima de crowdfuding for crowd benefits (financiación colectiva para el bien común).
Goteo ha ensanchado con creces el horizonte del crowdfunding y se ha convertido en otro puntal de la economía colaborativa. Desde su creación en el 2011, ha lanzado 200 proyectos (con un 60% de éxito) y ha logrado recaudar cerca de un millón de euros. Pero tan importante como la financiación es la colaboración distribuida y la contribución de los proyectos al procomún. «La meta es crear una economía en la que todos podamos contribuir», sostiene su cofundador Olivier Schulbaum.
Compartir y colaborar son tan viejos como la especie humana, pero reñidos hasta ahora con el concepto piramidal de economía que empieza a caer por su propio peso. Rachel Botsman y Roo Rogers vieron venir la tendencia. La innovadora social afincada en Australia y el emprendedor británico firmaron al alimón, un libro –Lo mío es tuyo: cómo el consumo colaborativo está cambiando el modo en el que vivimos– que resuena como la biblia del movimiento.
Con Rachel Botsman coincidimos en Londres, anticipando lo que está al caer: «Todo está cambiando muy rápidamente y se está haciendo más participativo. Estamos ante un fuerza imparable que se está propagando a gran escala y que está revolucionando nuestro comportamiento como consumidores y emprendedores. La confianza se está convirtiendo en la nueva moneda de cuño, y el mejor capital es la reputación».
Lo que estamos viendo, según Botsman, no es más que la lógica transición de las redes sociales a las redes de servicios: «La tecnología ha creado la eficiencia para vincular como nunca antes la oferta y la demanda. Estamos eliminando a los intermediarios y ahora valoramos el contacto personal y directo».
«Los bancos, tal y como hoy los conocemos, habrán desaparecido en una década», vaticina Botsman. «En el Reino Unido, la plataforma de préstamos P2P Zopa ha rebasado ya el listón del medio millón de clientes, con 300 millones de euros prestados entre particulares (en España funciona Comunitae, que ha gestionado ya más de 1,6 millones en préstamos)».
Desde Brighton, con un pie puesto siempre en Londres, Benita Matofska recoge el testigo, empeñada en propagar por el Reino Unido las virtudes de la economía compartida. La fundadora de The People who Share y de Compare and Share (el primer agregador de consumo colaborativo en la red) es también la impulsora del Global Sharing Day, que se celebra tal que hoy en 147 países.
«La necesidad es la madre de la innovación», sostiene Benita Matofska. «En tiempos difíciles es cuando la gente busca soluciones y crea alternativas. Y la crisis ha servido para acelerar el cambio cultural que ya se iba gestando. De hecho, compartir es las respuesta común a la triple crisis que vivimos: económica, energética y ambiental». 21549.993203087.491267449.997358662.4960.0000.000310549.993162341.663456269.113358662.4960.0000.00030206050.jpg71640.432205036.855217359.552295691.6630.0000.000MÁS DE 300 ‘SOLUCIONADORES’ OPERAN EN ESPAÑA A TRAVÉS DE ‘ETECE’ («TIEMPO PARA LOS QUE NO TIENEN TIEMPO»), Y LA MAYORÍA SON AUTÓNOMOS 310549.993272985.771406178.668291934.5820.0000.000> LOS ‘EMBAJADORES’ DEL MERCADO467509.56649629.163553554.74455183.5990.0000.00030206055.jpg468814.78958660.917498011.20990638.5510.0000.00030206057.jpg468814.78995753.312498011.209127730.9520.0000.00030206059.jpg468814.789132752.524498011.209164730.1640.0000.00030206061.jpg468814.789169658.550498011.209201636.1800.0000.00030206063.jpg468814.789206564.577498011.209238542.2120.0000.00030206065.jpg468814.789243656.973498011.209275634.6020.0000.00030206067.jpg468814.789280656.179498011.209312633.8130.0000.00030206069.jpg468814.789317562.206498011.209349539.8400.0000.000RACHEL BOTSMAN
Coautora junto a Roo Rogers de ‘Lo que es mío es tuyo’ y fundadora de Collaborative Consumption, esta inglesa es considerada la «madrina» del movimiento. Curtida en la Iniciativa Bill Clinton, conferenciante habitual de TED, ha sido distinguida por ‘Time’ como autora de una de las «10 ideas que pueden cambiar el mundo». Su próximo libro se centra en la confianza como nueva moneda de cuño y en la reputación como capital.500675.92058622.848552450.27992351.6730.0000.000ANTONIN LÉONARD
Uno de los cuatro confudadores de OuiShare , la comunidad internacional de la economía colaborativa que reunió en París a medio millar de emprendedores e innovadores en el Ouishare Fest. Proviene de la ‘economía convencional’ y no encaja en el perfil del «activista que quiere cambiar el mundo». A sus 26 años, cree que compartir y colaborar son dos rasgos que están en el ADN de su generación gracias a las redes sociales.500675.92095715.239552450.279129444.0690.0000.000ALBERT CAÑIGUERAL
Ingeniero multimedia, interesado en hermanar las innovaciones tecnológicas y sociales. Fundador de ‘www.consumocolaborativo.com’ y conector de OuiShare para España y América latina. Ha rastreado como nadie el fenómeno y asegura que, pese a la crisis, la economía colaborativa ha alcanzado en nuestro país velocidad: se han generado más de 150 ‘startups’ en el año 2012. 500675.920132714.450552450.279166443.2800.0000.000MAR ALARCÓN
Cofundadora de Social Car, abrió las puertas de la economía colaborativa en el sector de las renovables con Social Energy. Social Car es pionera del alquiler de coches entre particulares en España, con más de 15.000 usuarios. «Yo misma tuve mis dudas al ceder mi coche en alquiler la primera vez», reconoce. «Pero luego lo acabas viendo como lo más normal, y como una manera de ahorrar y conseguir dinero extra al mismo tiempo».500675.920169620.477552450.279203349.3070.0000.000RAMÓN BLANCO
Emprendedor, fundador de Selftrade y 15 veces internacional de rugby, habituado a foguearse con las dificultades ‘made in Spain’. Adaptó el modelo americano de ‘Taskrabbit’ al modelo español. El resultado es Etece («tiempo para los que no tienen tiempo»), la empresa de «solucionadores a domicilio» que funciona ya en Madrid, Barcelona y Valencia y que en junio se extiende a Málaga y Sevilla. 500675.920206526.498552450.279240255.3340.0000.000JUANJO RODRÍGUEZ
Fundador de Knok, la comunidad de intercambio de casas que en apenas dos años ha tendido sus redes por 159 países. «La nuestra es la fórmula más usada y conocida de la economía colaborativa», reconoce. «Aunque lo que faltaba era crear auténticas redes y un sistema con un seguro que protege la casa ante posibles daños. La gente ha descubierto que hay una manera más gratificante y barata de viajar».500675.920243618.899552450.279277347.7300.0000.000OLIVIER SCHULBAUM
Desde hace una década trabaja en proyectos de organización ciudadana aprovechando el potencial de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Es cofundador (junto a Enric Senabre y Susana Noguero) de Goteo, la red social de ‘crowdfunding’ y colaboración distribuida para fomentar el desarrollo independiente de iniciativas de emprendimiento social, periodístico, científico, creativo, educativo, tecnológico o ecológico. 500675.920280618.110552450.279314346.9410.0000.000ALBERTO GONZÁLEZ PONT
Este diseñador gráfico de 43 años ha sufrido de lleno los efectos de la crisis y ha decidido plantarle cara con uno proyecto colaborativo pensado por y para el trabajo. Workyland, actualmente en fase ‘beta’, aspira a tender puentes entre profesionales de otros países (’workyhosts’) dipuestos a recibir o acoger a pofesionales que buscan experiencias o aspiran a trabajar en el extranjero.500675.925317524.132552450.279351252.9620.0000.000