DOCUMENTOS 2012DOC28DIMAD_AGENDA 201728/12/201607:17AGENDAluchas sectarias Tras liberar a mosul del is(33249430)27/12/1621:53PRIMERA2017327316.49621666.286355467.59938040.7060.0000.000choque de civilizaciones362011.70824392.169556449.66936731.4890.0000.000luchas sectarias Tras liberar a mosul del is
Irak se enfrentará a una nueva y peligrosa insurgencia y lidiará con los ajustes de cuentas entre suníes y chiíes414691.45743813.029556450.00091962.5000.0000.000FRANCISCO CARRIÓN / EL CAIRO
Pocos dudan de que a lo largo de 2017, más tarde o más temprano, Mosul volverá al redil del Gobierno iraquí tras dos años y medio bajo yugo del autodenominado Estado Islámico (IS). El regreso de la ciudad pródiga no despejará, sin embargo, el futuro de la segunda urbe de Irak, el otrora hogar de las minorías étnicas y religiosas que habitaban el norte del país. «El plan tras la liberación de Mosul es muy superficial», reconoce a EL MUNDO Hashem al Hashimi, asesor de seguridad del Gobierno iraquí y una de las fuentes más reputadas sobre el devenir de la organización yihadista en suelo iraquí. «El Daesh [acrónimo en árabe del Estado Islámico] caerá militarmente en un par de meses. Pero para acabar con la organización se requieren al menos dos años más. Sus combatientes se han mezclado con la población de Mosul y, tras la caída de la ciudad, actuarán en células clandestinas», vaticina el experto.
Las huestes de Abu Bakr al Bagdadi se reconciliarán con su génesis, Al Qaeda en Irak, y sus tácticas de insurgencia. Los militantes del grupo, que en 2014 llegó a controlar un tercio del país árabe, hallarán refugio en zonas desérticas y remotas en el oeste y noroeste de Irak junto a la frontera con Arabia Saudí y Siria, donde el movimiento seguirá contando con amplios dominios. Desempolvarán, además, las extorsiones y los secuestros para financiar su resistencia. «Quien diga que el Daesh no tiene células durmientes desperdigadas por todo Irak miente», admite en conversación con este diario Ali al Dajalki, portavoz de las fuerzas armadas iraquíes. «Arrestamos a diario a miembros del grupo. Nuestra determinación de aplastarlos es firme y pedimos que el mundo nos ayude», suplica el uniformado.
Bagdad negocia desde hace meses con empresas occidentales la compra de equipos de vigilancia con el propósito de mantener bajo control la zona fronteriza con Siria, hacia donde han escapado cientos de militantes –entre ellos, prebostes como el propio Al Bagdadi– desde el inicio de la ofensiva sobre Mosul a mediados del pasado octubre. «Los remanentes del grupo serán muy letales», alertó recientemente el primer ministro iraquí Haidar al Abadi.
«El acuerdo de gestión de Mosul lleva la firma de Masud Barzani [presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí] y Al Abadi. Son cinco puntos que incluyen la formación de un comité encargado de gobernar la ciudad. La seguridad de la villa quedará en manos de la policía mientras el ejército permanece en el extrarradio. Los peshmerga [tropas kurdas] y las milicias de minorías y tribus suníes accederán al núcleo urbano sin armas. La reconstrucción correrá a cargo de Bagdad», desgrana Al Hashimi.
A pesar de las cláusulas, el pacto por el reparto de poder en una ciudad que habitaban más de millón y medio de almas no evitará la riña sectaria que ha desangrado Irak desde la invasión estadounidense de 2003. «Habrá conflictos sectarios entre suníes y chiíes y entre iraquíes y kurdos», avanza el analista. Los kurdos, que ampliaron su territorio tras la huida de las fuerzas de seguridad en el verano de 2014 y al abrigo de la guerra contra el IS, no están dispuestos a renunciar a una expansión que coincide con las áreas disputadas históricamente con Bagdad.
Más allá de la independencia con la que amenaza periódicamente Erbil, el verdadero peligro es que la élite chií que reina en Bagdad vuelva a cometer los errores que marginaron a la población suní de Mosul y alimentaron el auge de los yihadistas. «Irak podría enfrentarse a una nueva insurgencia suní. El éxito de las operaciones contra el IS en 2016 abrirá un espacio a otros actores y grupos armados suníes», advierten desde el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington. «Las milicias chiíes apoyadas por Irán, encargadas de liberar pueblos de mayoría suní en el norte del país, exacerbarán las denuncias. Ya han alienado a las poblaciones suníes en otras ciudades arrebatadas al IS llevando a cabo ejecuciones extrajudiciales, limpieza étnica y otras formas de violencia», arguyen en el centro de análisis, que augura incluso la resurrección de Al Qaeda en suelo iraquí durante el próximo año. 414691.45795666.667556450.000306804.1670.0000.000