MUNDO 2009 OKWEB29MY29/05/201205:00OTRAS VOCESEl cerro(9605226)29/05/1205:40ELMUNDO.ORBYT/$Sala de columnas/$David Gistau/$columnas/$PRIMERA«La ideología aún propone a la fe una pendencia en la que el botín parece ser el monopolio de la moral»21458.068225696.71679398.787254906.6680.0000.000El cerro21572.62376235.35579538.76683888.9960.0000.000A MENUDO, se antoja todavía válido el diagnóstico de Foxá según el cual ser español consiste en andar siempre detrás de los curas, ya sea portando un cirio o un garrote. Como si, en lo concerniente a la religión, aún nos gobernaran pulsiones anacrónicas. Emparentadas, por un lado, con las que inspiraron a los escritores de Falange la convicción de que España sólo tenía sentido como teocracia militar. Y, por el otro, con las de los milicianos del Frente Popular que inventaron un primer happening iconoclasta cuando juzgaron, hallaron culpable y fusilaron al Cristo del Cerro de los Ángeles. El mismo monte, por cierto, en el que Jardiel quiso que Dios bajara a la Tierra para aquella tournée comenzada con un viaje en tren de cercanías.
Reinventada España como algo más habitable para la libertad individual que una teocracia militar, queda pendiente consagrar un modo de relacionarse con la religión católica que no requiera ni de cirio, ni de garrote. Es decir, una en la que los no creyentes, en su totalidad, desvinculen la fe de la ideología y contemplen las creencias ajenas con la misma indiferencia respetuosa que hace tiempo existe en las naciones a las que uno querría que se pareciera la propia. Los odios virulentos desatados por la JMJ demuestran que aún estamos lejos de ese tedio evolutivo. La ideología aún propone a la fe una pendencia en la que unas veces el botín parece ser el monopolio de la moral pública. Y, otras, recuerda que permanecen vivas tensiones de cuando tuvo lugar la desprogramación religiosa del Estado. O de cuando la inteligencia creía que debía serlo como comparación y ruptura con la religión. Automatismo, éste, al que sigue recurriendo la izquierda para sustentar un complejo de superioridad intelectual que convive con el moral. De ahí la convención de que el ateísmo es inteligente por definición, aun cuando el ateo es Willy Toledo, mientras que sólo un tonto puede creer, incluso cuando el que va a misa es Chesterton. Como ocurre entre ser de izquierda o de derecha.
De todo esto hay un poco en la campañita anticlerical ordenada por Rubalcaba con el pretexto del IBI, en la que ha evitado abrir un debate genérico, que implique a todos los favorecidos por la Ley de Mecenazgo, y sólo eso delata sus intenciones. Más allá de que abrume la cantidad de asuntos imperativos en los que Rubalcaba no reparó cuando estaba en el Gobierno, resulta precaria su búsqueda de argumentos con los que levantar un discurso propio al margen de su espantoso legado económico. El de la Iglesia es uno de los más primarios y radicales de su clientela potencial. Y lo que resulta inquietante es que, en la España del siglo XXI, para estimular, a un líder socialista no se le ocurra otra cosa que seguir fusilando al Cristo del Cerro de los Ángeles.21558.27287593.16279575.601387738.1330.0000.000AL ABORDAJE
david gistau43096.56753125.20883652.08171057.8500.0000.000