MUNDO 2012WEB27AG27/08/201308:00MUNDOArtículo Quark (17427059)27/08/1302:27ELMUNDO.ES/$Estados Unidos/$171/$Snowden/$9522/$Espionaje Político/$8627PRIMERAGLENN GREENWALD Periodista del ‘caso Snowden’
El reportero que publicó en el diario británico ‘The Guardian’ los documentos filtrados por el ex agente de la NSA Edward Snowden denuncia la «excusa del terror» de EEUU y detalla cómo trató la información para evitar «daños» 21549.99343808.329267449.99766033.3400.0000.000«La mayoría de los mails espiados por EEUU no tratan de terrorismo»21549.99365959.841267449.99799370.8400.0000.000GERMÁN ARANDA / Río de Janeiro
Especial para EL MUNDO
No titubea cuando habla y sus ojos y gestos muestran una constante actitud vigilante. Así se muestra el periodista estadounidense Glenn Greenwald tras publicar en el rotativo británico The Guardian los documentos que le hizo llegar el ex agente y analista de la NSA Edward Snowden, exiliado en la actualidad en Rusia y con quien mantiene conversaciones a diario. Greenwald reside junto a su pareja, David Miranda, en Río de Janeiro, aunque pasa largas temporadas en Nueva York. Pregunta.– El último episodio de las publicaciones de documentos de Snowden dice, a través de Der Spiegel, que diversas sedes de la ONU fueron espiadas por EEUU. ¿Qué opinión le merece?
Respuesta.– Este tipo de publicaciones tienen mayor repercusión en Alemania y la Unión Europea porque allí aún creen en la ONU. En EEUU les importaría poco que espiaran a la ONU, incluso es posible que gran parte de la población quiera que la espíen. En cualquier caso, es otra trampa, está fuera de la ley quebrar la seguridad y la privacidad que han firmado embajadas e instituciones diplomáticas de todos los países. Aunque eso al Gobierno de EEUU tampoco le importa demasiado.
P.– ¿Hasta dónde pueden llegar Estados Unidos y Reino Unido con la ley antiterrorista?
R.– Desde hace 12 o 13 años y, cada vez con más fuerza, EEUU y Reino Unido quieren más y más poder con respecto a quienes desafían su hegemonía. Para ello, utilizan la táctica de gritar bien alto, y muchas veces la palabra terrorismo, porque les sirve para asustar lo suficiente a la población y poder seguir haciendo lo que quieren en el nombre de esa ley y así justificar abusos. De hecho, lo hicieron con David [Miranda], quitándole sus pertenencias o teniéndole nueve horas en una sala interrogándole.
P– Londres y Washington podían prever que la detención de Miranda sería un escándalo. ¿Por qué lo hicieron entonces?
R.– Querían castigarme de una manera desesperada, intimidarme, dejarme claro que pueden hacerme daño, que puedo saborear, sentir y oler su poder. Pero creo que se dañaron a sí mismos y una vez más perdieron credibilidad.
P.– Miranda tenía miedo porque cuando se utiliza la ley antiterrorista se puede llevar a los ciudadanos a la cárcel si se cree que estos no cooperan con las autoridades.
R.– Todo el mundo sabe lo que Washington y Londres hacen con los ciudadanos gracias a la ley antiterrorista. No reconocen sus derechos, los detienen, los secuestran, los torturan, los hacen desaparecer, los matan. Cuando eres extranjero, como David, se entiende que estos países no tienen límites para hacer contigo lo que quieran si creen que eres un terrorista. Y si dicen que eres un terrorista no hay nada que valga. Lo eres y punto. Ellos sintieron que con un brasileño podían hacer lo que quisieran, como diciendo ‘sois el tercer mundo, tenéis un gobierno débil’.
P.– Reino Unido asegura que en los documentos requisados hay informaciones que ponen vidas en peligro. ¿Es eso cierto?
R.– Si todos los documentos que tenemos los periodistas fueran publicados por supuesto que podríamos causar daños. Pero el periodismo no se trata sólo de publicar. Por eso nos llevó tres meses escoger entre todo el material para sacar a la luz un pequeño porcentaje. Tuvimos un cuidado extremo para no publicar los documentos que pudieran poner en riesgo la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y su programa. Así que ese riesgo del que habla Reino Unido es totalmente ficticio. Quienes realmente ponen en peligro a los ciudadanos son los políticos norteamericanos y británicos con su actitud contra el periodismo real. Porque, irónicamente, cuanto más agresivos se ponen contra el periodismo real, más personas intentan otro tipo de divulgación como, por ejemplo, subir directamente archivos a internet. O sea, cuando criminalizan el periodismo, no logran que la gente deje de publicar, sino, al contrario, a más gente le importará menos publicar documentos de una manera más irresponsable.
P.– El diario The Independent publicó hace días documentos sobre espionaje que procederían de Snowden, pero ustedes dicen que no fue él quien los filtró. ¿Quién lo hizo entonces?
R.– Es muy obvio lo que sucedió. El Gobierno británico quería probar que los documentos que tenemos son realmente peligrosos, pero tenía el problema de que nada de lo que habíamos publicado hasta ahora es realmente perjudicial. ¿Cómo convencer al público de que sí lo son? Publicándolos ellos mismos, que es lo que hicieron. Escogieron unos archivos que nosotros no íbamos a publicar sobre una base secreta militar en Oriente Próximo. Nosotros no queríamos publicar nada sobre ello. Y si no fui yo, ni Snowden ni Laura Poitras [documentalista que trabaja codo a codo con ellos] no sé qué otras opciones hay además de que haya sido el Gobierno británico.
P.– ¿Cómo entró Snowden en contacto con usted?
R.– Me mandó el primer mail en diciembre de 2012 y me dijo: «Ciertas personas y yo tenemos cosas para compartir que querrás ver». Me pidió que encriptara el mail y le dije que lo haría, pero me escribe mucha gente diciendo que tiene grandes historias que al final no son nada y yo no sabía ni quién era ni si lo que tenía era serio. Al final, Laura Poitras, documentalista que trabaja conmigo, me escribió insistiéndome que Snowden tenía unos documentos increíbles y tuve mi primera conversación con él en mayo, ya con comunicación encriptada. Me dijo que volara a Hong-Kong, pero no veía mucho sentido que un agente senior de la NSA se tuviera que reunir conmigo en Hong Kong y no en Estados Unidos. Así que le dije que para volar hasta allí primero me tendría que enviar parte de esos documentos para saber que estaba ante algo importante. Me mandó 20 documentos y no pude leer más allá del segundo porque eran muy impactantes. Tuve que respirar hondo.
P.– ¿Por qué le eligió a usted?
R.– Él era seguidor de mi blog desde hacía tiempo y sabía que yo estaba interesado en asuntos de vigilancia electrónica. Además, quería a alguien que no se fuera a amedrentar por las amenazas, pero que conociera de lo que hablara y trabajara para una plataforma decente e influyente. Snowden no quería que esos documentos se quedaran en una redacción guardados por gente próxima a los gobiernos.
P.– ¿Teme que Washington y Londres puedan hacerle algo?
R.– Sí, puede ser, ya detuvieron a mi compañero durante nueve horas y hay una investigación criminal abierta en Reino Unido respecto a los documentos. En Estados Unidos se genera cierta polémica antes de que se inicien esas investigaciones porque Obama está persiguiendo a las fuentes periodísticas de una manera más agresiva que cualquiera de sus antecesores. Está empezando a abrazar esa teoría de que incluso hacer periodismo real puede ser un crimen. Es un momento histórico, nunca antes hubo tantos telegramas y documentos tan sensibles y con tantas personas que pueden haber sido espiadas por un gobierno. Son miles de millones de correos y llamadas en Estados Unidos y todo el mundo. Están desesperados por ello y la gente desesperada hace cosas desesperadas como perseguir a periodistas.
P.– Mantiene que lo que hacen contra los periodistas no tiene nada que ver con el terrorismo. ¿El espionaje tampoco?
R.– El terrorismo es la excusa y no la razón para espiar. La mayoría de documentos que tenemos no dicen nada sobre terrorismo. Lo que intentan, sobre todo, es controlar las estrategias comerciales y económicas de otros países y de empresas para tener ventaja ante ellas. Controlan millones de mails y llamadas de gente ordinaria para saber lo que sucede en el mundo y tener más poder.
P.– Tiene claro que Washington y Londres no respetan la privacidad individual ni la de prensa.
R.– No, no creen realmente en la prensa libre. Para mí Estados Unidos y Reino Unido son prácticamente el mismo país. Critican a otros países por atacar periodistas o no permitir una prensa libre, pero ellos son horribles, criminalizan a los periodistas, hacen exactamente lo mismo.
P.– ¿Qué se puede hacer, y quién, contra esos abusos a la privacidad?
R.– A nivel individual se pueden hacer cosas para dificultar que entren en tu vida privada como encriptar chats o correos electrónicos. Yo sólo me comunico con sofisticados métodos de criptografía que hacen difícil o imposible que se invadan mis comunicaciones. Pero lo más importante es que la población se dé cuenta de lo que está sucediendo con su privacidad y con la libertad de internet. Se suponía que la Red es un arma liberadora para la democratización, que permite también organizarse contra los gobiernos. Puede ser eso, pero también todo lo contrario, una de las herramientas de control más extremas en la historia de la humanidad cuando permites a un gobierno invadir internet para controlar las comunicaciones. Eso nos sitúa en un mundo en el que todo puede ser visto y eso cambia al ser humano. ¿Qué tipo de mundo y libertad estamos viviendo? Es necesario que los ciudadanos presionen a sus gobiernos para no permitir a EEUU el espionaje masivo.
P.– ¿Se siente más seguro en Brasil que en otros países?
R.– Brasil me ofreció protección contra mi propio Gobierno después de testificar en el Senado sobre el espionaje contra sus ciudadanos, así que sí, me siento más seguro aquí. Pero no creo que me detengan y pretendo volver a EEUU. Soy periodista y no he cometido ningún crimen. Pero al mismo tiempo sé que mi Gobierno se está poniendo radical y realmente no reconoce la libertad de prensa. En Estados Unidos se permite hacer una o dos historias atacando y criticando a los gobiernos, pero respetando ciertas normas que yo he ignorado y pienso seguir ignorando.
P.– ¿Cómo se encuentra Edward Snowden en Rusia?
R.– Le gusta más Rusia que la alternativa de estar en una prisión estadounidense durante 40 años. Está bien allí dadas las alternativas. Pero, si te paras a pensar, era un chico joven, que vivía en Hawai con su novia de siempre, con una buena carrera y mucho dinero. Y lo dejó todo porque creía más importante que la gente supiera lo que hace el Gobierno americano en secreto con su poder, y lo que está empezando a pasar es justo lo que él quería. Él me dice que sigue los debates en internet y está muy feliz de que la gente tome conciencia de los peligros de la vigilancia y la importancia de su privacidad.
P.– ¿En qué línea se dirigirán los próximos documentos que va a publicar? ¿Aparece España en ellos?
R.– Siempre que hablo de los próximos artículos me meto en problemas, aunque me apetezca hacerlo porque es tentador, de modo que me genera un conflicto... Pero sí, hay muchas más historias alrededor del mundo y también saldrán a la luz documentos sobre espionaje en España que sus ciudadanos desconocen. Por ahora eso es lo que puedo decir.
ORBYT.es
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«Detuvieron a mi pareja para dejarme claro que pueden hacerme daño. Querían castigarme, intimidarme»
DOCUMENTOS PUBLICADOS
«Nos llevó tres meses escoger el material que sacaríamos a la luz, con el fin de no poner en riesgo la NSA»
OBJETIVOS VIGILADOS
«El terrorismo no es la razón. Lo que intentan es controlar las estrategias comerciales y económicas de otros» 81029.900267010.699167269.113354958.3290.0000.00033602005.jpg360640.43243808.329506359.552351254.1630.0000.000