MUNDO 2012WEB23AB23/04/201321:30ECONOMÍAArtículo Quark (14517500)23/04/1313:41ELMUNDO.ES/$Crisis económica/$4904/$Gobierno de España/$3316ELMUNDO.ORBYT/$Sala de columnas/$John Muller/$columnas/$SEGUNDAEl Gobierno ha tirado la toalla en la lucha contra el déficit público. La consigna ahora es el crecimiento económico y estrechar el déficit por esta vía. Supone un cierre en falso que no resuelve algunos de los grandes problemas estructurales que han llevado a España a la situación actual y que alargarán la fase de recuperación y volverán a manifestarse tarde o temprano de manera crónica.
Ha pasado lo que siempre ocurre cuando un proceso de consolidación de las cuentas públicas se asienta mayoritariamente en las subidas de impuestos y no en la reducción del gasto, y es que la viabilidad del mismo termina tambaleándose ante todo el mundo.
Es una huida a la desesperada. El Estado yonqui no logra desengancharse del opio del gasto, una droga costeada por los ingresos creados artificialmente por la burbuja de crédito en la que vivió España en la primera década del siglo. Aunque todos intuimos que esos ingresos nunca volverán, el Estado sigue impertérrito en su volumen de gasto que ya representa el 47% del PIB cuando en 2007, último año de incubación de la crisis, era del 39,2%.
Mariano Rajoy debió redefinir el perímetro del Estado de Bienestar y acotarlo a los niveles de las prestaciones que teníamos antes de la burbuja, pero eso suponía ofrecer en el altar de la opinión pública una reforma a fondo de los tres niveles de burocracia (y que en algunas zonas de España son cuatro) que nadie quiere tocar por razones no bien explicadas. Se puede adivinar el respeto reverencial que los abogados y técnicos comerciales del Estado que pueblan su Gabinete sienten por nuestra lustrosa Administración de cuño imperial, pero lo lógico sería gobernar en pos del interés general. Claro, sin ese sacrificio, sin apearse de los coches y empleos oficiales, no había autoridad moral para pedirle sacrificios a la gente más allá de sablear legalmente a los contribuyentes.
Ahora, la consigna en el Gobierno es que el ajuste, la consolidación fiscal, ya es cosa del pasado, y ahora hay que alistarse para crecer después de haber machacado la demanda con impuestos directos, indirectos y la laminación de la inversión pública, la única partida presupuestaria realmente productiva que nunca se debió eliminar.
El Gobierno esperaba que el dato de déficit de 2012, con todos los sacrificios impuestos a los españoles, marcara un momento de refundación, de recuperación del crédito ante el exterior, pero eso no ha sucedido, entre otras cosas porque el déficit publicado por Eurostat está en el 7,1%. El organismo estadístico de la UE no ha tenido compasión. Ni siquiera ha reflejado en su nota de prensa la cifra exacta –el 6,98%– que Hacienda pelea para que la recojamos hasta la última centésima con el fin de salvar el anuncio de Rajoy en el Congreso de que el déficit estaría por debajo del 7%.
john.muller@elmundo.es465322.72799370.829552117.090358662.4960.0000.000Debajo del crecimiento, aún arderá el déficit465322.727127240.268552117.090142056.9460.0000.000AJUSTE DE CUENTAS
JOHN MÜLLER489006.030102466.189552019.701119955.8780.0000.000El Estado yonqui no logra quitarse del opio del gasto falsamente inflado
Sin la reforma del Estado, no habría autoridad para pedir sacrificios510911.756204382.195552084.044262696.4920.0000.000