MUNDO 2012WEB17MZ17/03/201308:00ECONOMÍAAsí cayó el tabú (pese a Guindos)(13687375)17/03/1303:49ELMUNDO.ES/$Chipre/$5594PRIMERAEl hastío alemán con los rescates del Sur de Europa engendró en la madrugada de ayer la ruptura de un tabú en la Eurozona: no sólo los inversores, también los ahorradores tienen que pagar los platos rotos. Ya es posible que un ciudadano del euro vea esfumarse en un fin de semana hasta un 9,9% de sus ahorros e incluso no poder retirar ni un céntimo de su dinero durante días.
Pese a la limitada cantidad de dinero en juego -Chipre cuesta menos que NovaGalicia-, Angela Merkel propinó de paso un bofetón a la expectativa que Mariano Rajoy y Mario Monti llevan intentando crear ante los mercados sobre que la Eurozona es la más segura del mundo para los ahorradores, porque va a tener una unión bancaria que garantiza como nunca protección para todos, ya estén en Helsinki o en Madrid, Roma o Nicosia.
El argumento alemán en el histórico acuerdo del Eurogrupo es que si una parte importante de los depositantes de los bancos chipriotas son rusos, con ingresos no ejemplares, deben pagar parte de la factura. Fue la misma lógica, pero endurecida, que animó en 2010 el llamado acuerdo de Deauville entre la canciller alemana y Sarkozy por el cual los inversores debían asumir una quita en los rescates que hicieran los contribuyentes europeos. Aquello terminó disparando las primas de riesgo y endureciendo la salida de la crisis.
El ministro alemán Wolfgang Schäuble y, ojo, la directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, llegaron a la cita con un planteamiento claro desde hacía varios días: Los ahorradores «tanto residentes como no residentes» debían asumir una quita monumental en sus depósitos en Chipre, porque el problema de la isla es su banca, inflada artificialmente por ser la más laxa con el lavado de dinero.
Con el italiano Vittorio Grilli desautorizado, como el resto del Ejecutivo de Monti, sólo el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y el ministro de Economía, Luis de Guindos, ofrecieron resistencia advirtiendo de que, aunque Chipre no sea sistémico, puede tener un efecto contagio en el Sur de Europa al sentar el precedente de que puede haber quitas a los clientes de los bancos.
Por su parte, el nuevo presidente de Chipre, Nicos Anastasiadis, aguardaba indignado en una sala próxima a la reunión de los ministros y amagó con no aceptar el rescate, pero con el presidente del BCE, Mario Draghi, inexplicablemente ausente, su segundo, el alemán Jörg Asmussen, les amenazó con la alternativa: si no tragaban, la banca chipriota se quedaba sin liquidez de Fráncfort. Era el colapso y la probable salida del euro de un país que nunca debió entrar así.
Lo más que lograron Rehn, Guindos y los demás rebeldes del Sur, tras 10 horas de negociación, fue atenuar el golpe. Schäuble y Lagarde aceptaron que, en vez de una quita, se aplicara a los ahorradores un fuerte impuesto sobre los depósitos. De este modo, los clientes bancarios no asumían una pérdida formal, sino una tributación excepcional. Además, se libraba del trago al dinero en sucursales chipriotas en Grecia.
El ministro chipriota resaltó que, incluso, en esas circunstancias no tendría más remedio que imponer durante el fin de semana el primer corralito de la historia de la Eurozona para evitar una retirada masiva de los 60.000 millones de euros depositados por residentes y no residentes. Schäuble y Lagarde sostuvieron que dado que sería un corralito parcial sólo de fin de semana, no sería alarmante como para contagiar. Los del Sur, incluido De Guindos, no pidieron rebajar, al menos, todo lo posible, el impuesto para alarmar lo menos posible a todos los ahorradores europeos. Al final se quedó en un impuesto del 9,9%, siguiendo la táctica de comerciantes como Isidoro Álvarez en El Corte Inglés o Juan Roig de Mercadona de fijar precios de cerca de 10, pero sin que suene tanto.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, presentó el acuerdo, en la rueda de prensa, del castigo al ahorrador como algo singular para Chipre, pero, en su torpe debut, no fue rotundo a preguntas de la prensa internacional sobre si algún día se podría aplicar en otros países, incluida España. Más claro fue Asmussen, recordando que la banca española tiene previstos hasta 60.000 millones más no usados, sin que haya quita ni impuesto. Pero cae el tabú de que en la Eurozona la cuenta no se toca.21549.99343808.329217359.552280874.9960.0000.000Así cayó el tabú (pese a Guindos)21550.11143808.329217359.55258624.9960.0000.000ANÁLISIS
CARLOS SEGOVIA / Bruselas
Corresponsal Económico21549.99358624.99666029.89575302.5900.0000.00027203862.jpg71640.43258624.996217359.552168625.1130.0000.000Sólo Rehn y el español batallaron preocupados por el efecto contagio71640.432174748.857117178.673203958.8090.0000.000