MUNDO 2012WEB06JN06/06/201308:00PORTADAArtículo Quark (15556138)06/06/1313:32ELMUNDO.ES/$Siria/$5049/$Irán/$3229/$Hizbulá/$3411PRIMERAJAVIER ESPINOSA / Beirut
Corresponsal
De repente, los sonidos urbanos de la mañana de Beirut se entremezclaron con ráfagas de ametralladoras al cielo y fuegos artificiales. Los seguidores de Hizbulá festejaban la victoria en los arrabales que controlan al sur de la capital. Agitaban banderas del Partido de Dios junto a pancartas donde se leía «Quseir ha caído». 226293.099232720.829267449.997284579.1630.0000.000Hizbulá ayuda a Asad a lograr su primera gran victoria con la toma de Quseir226514.899199383.335267449.997232720.8290.0000.000SEGUNDAViene de primera página
Después de tres semanas de batalla, los milicianos de la formación libanesa y las tropas del ejército de Bashar Asad quebraron ayer la resistencia de los rebeldes de esa ciudad sureña de la provincia de Homs capturando el bastión insurrecto en una de las victorias más significativas de Damasco desde que comenzó la guerra.
Desde primera hora, la cadena Al Mayadeen TV, cercana a Asad, comenzó a emitir en directo desde el centro de la localidad. Las imágenes permitían apreciar la devastación que ha sufrido la estratégica Quseir –ruta clave de abastecimiento cerca de la carretera que une Homs con Damasco–, reducida ahora a calles repletas de escombros y edificios desvencijados.
Los soldados del ejército gubernamental deambulaban ya a esa hora por la principal avenida de la población, celebrando la victoria, y habían colocado una bandera oficialista en la llamada torre del reloj, el edificio que marca el centro de la urbe. Varias excavadoras se empeñaban en retirar las barricadas y despojos de las calles.
«Dentro de la ciudad, ya no hay más terroristas [así se refiere el régimen a los insurrectos]. Han escapado o murieron aquí», manifestó un teniente coronel al periodista de esa emisora.
Poco antes, el estamento militar había leído un comunicado en la televisión pública en el que anunciaba que la metrópolis había sido limpiada de alzados. El mismo texto confirmaba que esta batalla puede ser sólo el principio de una amplia ofensiva gubernamental dirigida a recuperar parte del territorio que han capturado los insurrectos desde el inicio de la guerra.
«La batalla contra el terrorismo seguirá hasta que hayamos restaurado la paz, la seguridad y la estabilidad en cada centímetro de la tierra siria. No dudaremos en aplastarlos», rezaba el texto oficial.
Los propios rebeldes admitieron su derrota y explicaron que se habían replegado durante la madrugada ante la falta de municiones y tras una noche en la que sufrieron un devastador bombardeo.
Un vídeo difundido horas antes de la caída de la ciudad mostraba la virulencia de las salvas de artillería, que incluso obligaron a la población a esconderse en fosas destinadas a cadáveres. La grabación permitía ver a un grupo de voluntarios acarreando un cuerpo que enterraron a toda prisa en el cementerio de esa población.
El campo santo estaba repleto de hilera tras hilera de nichos horadados en el suelo. Cuando apenas habían concluido con el macabro ritual, los obuses comenzaron a caer en las inmediaciones.
«Bombardean incluso a nuestros mártires. ¡Qué la venganza de Dios caiga sobre ti, Bashar!», exclamó uno de los jóvenes. «¡Meteos en las tumbas, escondeos en ellas!», gritó después a todo el grupo. «Estamos expuestos a diario al terror de Bashar y de Nasrala», le secundó otro mientras se escondía en el agujero.
Los huidos, miles de ellos, recalaron en las aldeas situadas al norte de Quseir, y en especial en Debaa y Buweida, dos pequeños villorrios incapaces de lidiar con esa avalancha humana.
«La situación es realmente mala. Tenemos a 5.000 civiles y 1.500 heridos», explicó a este diario un activista de Buweida vía Skype. «Estamos rodeados y no podemos ir a ningún sitio. La gente está en la calle. Los civiles y los heridos. Ahora mismo nos están bombardeando».
El doctor Mohamed al Mohamed, un facultativo que ya se hizo popular durante el cerco de Bab al Amar, en la ciudad de Homs, también lanzó un dramático llamamiento a través de la web en el que decía que están lidiando con «cientos de heridos» y pedía una «evacuación inmediata».
«No buscamos audiencia. Esto no es un partido de fútbol. Estamos al borde de una gran catástrofe humanitaria. Nos están masacrando. La caída de Quseir significa la caída de Homs y eso es el principio de la caída de toda Siria», se le oía gritar en un tono indignado.
Entre los combatientes que han quedado atrapados en ese bolsón figuran los cientos de militantes que llegaron desde Alepo, incluidos dos de los jefes rebeldes más importantes de esa villa. Un soldado sirio presente en Quseir aclaró a la agencia Reuters que el próximo objetivo de las tropas leales a Bashar es «aplastar Debaa».
La debacle militar rebelde en Qusair abre ahora sin embargo la posibilidad de que los combates se trasladen directamente al vecino Líbano, dado que ese fue el llamamiento que ha realizado el principal jefe del Ejército Libre de Siria (ELS), Salim Idriss. «Los combatientes de Hizbulá han invadido el territorio sirio y las autoridades libanesas no hacen nada. Nuestros hombres están listos para trasladar la batalla al Líbano y enfrentarse allí a Hizbulá», dijo Idriss a la BBC.
Poco antes de la medianoche, una salva de cohetes impactó en la localidad de Baalbeck, uno de los principales reductos del Partido de Dios en el Valle de la Bekaa, al este del país, en lo que semeja ser la primera replica de los insurrectos sirios a los últimos sucesos de Quseir y un claro signo de la escalada militar a la que se enfrenta ahora la nación libanesa.
La participación de los militantes del Partido de Dios ha sido definitiva para asegurar la victoria en Quseir y así lo reconoció el número dos de esa formación, Naim Qassem, quien opinó que el resultado de la batalla es un «golpe al plan americano-israelí y takfiri [radicales islamistas]». «El plan para derrocar a Bashar es una ilusión», añadió.
Pero todos los analistas advierten de que la implicación de Hizbulá en la pugna por Quseir podría acelerar el desmoronamiento que sufre el Líbano, cada vez más afectado por la crisis siria, la división sectaria y los incidentes armados.
«No os alegréis tanto, porque vais a llorar más tarde», aseveró en tono amenazador el jeque salafista Ahmed Assir, jefe de una influyente milicia en la sureña Sidón.
El 29 de mayo el conocido clérigo salafista Abu Mundhir Al-Shinqiti alentó a sus seguidores a través de internet a organizar ataques suicidas contra Hizbulá en el Líbano.
El diario An Nahar, el principal del país, opinaba este martes que la participación de Hizbulá en Siria no servirá para «proteger las espaldas de la resistencia» como defienden sus dirigentes sino que «servirá para romper la espalda del país» y «Líbano será arrojado al fuego».21549.993232720.829267449.997358662.4960.0000.000310549.99343808.329356088.234284579.1630.0000.000