MUNDO 2012WEB13MY13/05/201321:30DXTLa final perfecta (14992586)13/05/1303:19ELMUNDO.ORBYT/$Sala de columnas/$Enric González/$columnas/$SEGUNDALa final perfecta21549.987203087.49187428.088229016.6570.0000.000Imaginemos la final perfecta.
La competición, la Copa inglesa: la más antigua del mundo y la más abierta, porque pueden participar todos, desde las grandes instituciones hasta los pequeños equipos de aficionados.
El estadio, Wembley.
Lo mejor es enfrentar a dos clubes de la misma zona, y que esa zona tenga una fantástica tradición futbolística. Como el área industrial de Manchester. Elijamos dos clubes completamente distintos. Como el Manchester City y el Wigan Athletic.
El Manchester City rebosa dinero, fue campeón de Liga la pasada temporada y ha gastado más de mil millones de euros en fichajes desde 2008, cuando fue adquirido por el jeque Mansur bin-Zayed al-Nayhan de Abu Dhabi. En su plantilla figuran Agüero, Touré, Silva, Kompany, Zabaleta, Tévez, Boateng y Nasri.
Del otro club, el Wigan Athletic, basta con saber un detalle: carece de vitrina de trofeos porque nunca ha ganado ninguno. Sus futbolistas se llaman Gómez, Robles, Espinoza, Maloney. El propietario es Dave Whelan, un antiguo futbolista, devoto de Margaret Thatcher, que se hizo rico con cadenas de supermercados y tiendas de deportes. El Wigan ocupa la antepenúltima posición en la Premier, la máxima categoría, en la que juega desde 2005.
El Manchester City, fundado en 1883, ha tenido dos grandes momentos en su historia. En 1974 ganó en Old Trafford, 0-1, y envió a Segunda al Manchester United, su gran rival. En 2011 goleó 1-6 al Manchester United en Old Trafford. El momento más brillante del Wigan (formado en 1932) se remonta a 1966 y ocurrió durante una eliminatoria de Copa con los Doncaster Rovers, otro modesto club norteño. El ariete del Wigan, Harry Lyon, se dañó los ligamentos del tobillo en el minuto 18 y fue retirado en camilla. En la época no había sustituciones. Lyon se tomó unos whiskys (la cantidad exacta se desconoce: ver el reportaje publicado por el Daily Telegraph el 8 de enero de 2005), hizo que le vendaran la pierna (por el grosor parecía enyesado) y volvió al césped 15 minutos después. Lyon, cojo y borracho, marcó tres goles en la segunda parte y dio el triunfo a su equipo por 3-1.
Para ahondar en las diferencias, conviene que los dos equipos que disputan la final perfecta tengan entrenadores antitéticos. Del lado del Manchester City, Roberto Mancini, apodado Il Bello: fue un delantero elegante en la gran Sampdoria, con la que llegó a una final de Champions y ganó una Recopa, una Liga y cuatro Copas; antes del City ha entrenado a Fiorentina, Lazio e Inter. Del lado del Wigan, Roberto Martínez, apodado Bob y Little Guardiola: jugó en el Balaguer (su ciudad natal), el Zaragoza, el Wigan, el Swansea, el Walsall, el Motherwell y el Chester City; ha entrenado al Swansea y al Wigan.
Los goles animan cualquier partido. Pero una buena final necesita sólo uno, agónico y definitivo.
Hay que elegir bien el jugador que marca ese gol. Resulta adecuado que el futbolista en cuestión haya sufrido una mala temporada, y la de Ben Watson, centrocampista, ha sido malísima. Llegó al Wigan en 2009, procedente del Crystal Palace, por dos millones de libras (algo más de dos millones de euros), pero no acabó de funcionar y fue cedido al Queens Park Rangers y luego al West Bromwich Albion. Volvió al Wigan en 2010 y Roberto Martínez le retrasó un poco, hasta una posición híbrida entre la de mediocentro y la de líbero, para que dirigiera el equipo casi desde la defensa. Poco a poco, Watson se convirtió en pieza fundamental del Wigan. Hasta noviembre del año pasado, cuando durante un partido contra el Liverpool chocó con Raheem Sterling y se rompió la pierna.
Ben Watson volvió a jugar hace una semana. Aún no ha recuperado la forma. Roberto Martínez le mantuvo en el banquillo hasta el minuto 81 de la final.
Ya tenemos al autor del gol: un tipo que sale de una lesión y al que sólo se le conceden 10 minutos de partido.
El gol debe llegar en el mejor momento. Si se trata de una final, el mejor momento está en la zona Cesarini. Se llama así por Renato Cesarini (1906-1969), un delantero de la Juve conocido por los muchos goles que marcó en los minutos finales.
Ben Watson marca el gol de la victoria, el gol del primer gran trofeo del Wigan Athletic, en el minuto 91.»De un partido como este», dice Roberto Martínez ya en plena celebración, «podría hacerse una gran película».
¿Para qué? La final de la Copa inglesa, disputada el viernes, ya está ahí. Y es una final perfecta. 21549.993203087.49677077.030358662.4960.0000.00031946.656229058.327267449.992358662.4960.0000.000ZONA CESARINI
ENRIC gonzález46770.401233122.53387397.142250314.3450.0000.00029400438.jpg139196.978203087.485267450.110332733.3290.0000.000Ben Watson, autor del gol de la final, y Roberto Martínez anteayer con la Copa. / A. YATES / AFP236714.346203087.496267449.997225312.4960.0000.000