CRONICA 2012CRO30DIMAD_CRONICA30/12/201208:00CRONICALA misteriosa MADRE QUE PARió a mourinho (12275522)30/12/1203:09MADRIDCamina con paso tranquilo y elegante. Luce zapatos de tacón y pantalones negros de vestir. Lleva el pelo rubio y arreglado. El maquillaje, aunque discreto, denota una mujer coqueta y cuidadosa. Detrás de sus gafas, típicas de profesora, se esconden unos ojos observadores. Son igualitos a los del hijo que parió hace casi medio siglo: el admirado y detestado José Mourinho.
Nadie ha marcado tanto el carácter del entrenador del Real Madrid como la misteriosa Maria Júlia, a quien Mourinho tiene prohibido conceder entrevistas. «Yo no hablo con periodistas», corrobora ella cuando Crónica la aborda el jueves en su casa de Setúbal, 50 kilómetros al sureste de Lisboa. Su biografía está tan llena de intrigas como sus silencios: pocos saben que es una hija ilegítima que se crió en la mansión de su tío abuelo, un rico empresario.
Sin la disciplina y rigor de Maria Júlia, jamás se habría convertido en The Special One. De chaval, ella le dejaba jugar al fútbol con su padre, siempre que no descuidara sus estudios. «Las ganas de ganar títulos y dinero le vienen de su madre», ha sentenciado Joel Neto, autor de una exitosa biografía sobre Mou.
Esta semana, el portugués volvió a casa por Navidad. Su madre le aguardaba en el peor momento de su carrera: a 16 puntos del Barça en la Liga y con el vestuario incendiado por su decisión de sentar en el banquillo al capitanísimo, Iker Casillas. Quizás aprovechara la cena de Nochebuena para contar sus penas a la mujer que tanto le inspiró. Seguro que ella le tenía preparada una bandeja de coscoroes de boniato, el dulce favorito del entrenador, que nunca falta en casa de los Mourinho por Navidad.
Maria Júlia sigue viviendo con su marido, Félix Mourinho, en su casa de toda la vida. Se trata de un segundo piso en una callejuela apretada de modestos edificios en Setúbal. Desde las traseras del bloque se divisa el Estadio del Bonfim, la cuna del Vitória de Setúbal, el equipo de la ciudad. Allí fue donde José Mourinho aprendió todo lo que sabe de fútbol.
Al tocar el timbre de casa, Maria Júlia, profesora jubilada de 73 años, abre la puerta. Pregunta «¿quién es?» con semblante severo. Aunque, acostumbrada a la fama de su hijo, ya intuya que se encuentra ante una reportera. Tan educada como reservada, de su boca sólo salen las cinco palabras con las que rechaza las solicitudes de entrevistas: «Yo no hablo con periodistas».
No habla más por dos razones. La primera, porque siempre ha sido discreta y comedida, como confirman sus amigos. Y, la segunda, por la estricta omertà que ha dictado el propio Mou a toda su familia.
Dicen que en 2003, cuando el Oporto ganó la Copa de la Uefa, el pujante entrenador quitó todas las fotografías íntimas de las paredes de casa de sus padres para evitar que salieran publicadas en la prensa. Cuanto menos se supiera de sus orígenes familiares, mejor. Así, Mourinho ha logrado que la apasionante historia de su madre haya pasado desapercibida.
Nacida fuera del matrimonio en 1939, la pequeña Maria Júlia fue una niña ilegítima para el régimen de António Salazar. Así, creció bajo la custodia de su tío paterno, Mario Ledo. Se trataba de un rico industrial que hizo fortuna con una empresa de conservas de sardinas durante la dictadura.
Maria Júlia se crió en una mansión, rodeada de sirvientes e intrigas políticas. Además de presidir la patronal de conserveros, su tío Mario construyó el estadio del Vitoria de Setúbal, donde décadas después corretearía Mou. Tras la caída de Salazar, en 1974, la familia perdió gran parte de sus posesiones, aunque mantuvo su mansión.
Mourinho suele negarse a hablar de este periodo de su historia familiar. Tampoco aborda la influencia de su madre en su sed de éxitos. «Creo que siempre he sido competitivo...», ha dicho en alguna ocasión. «No se lo atribuyo a ninguna rama de mi familia».
Maria Júlia conoció muy joven a Félix, su futuro marido. Fue en la fábrica de sardinas de su potentado tío abuelo. «Ella era una señora, era de los ricos, no tenía que trabajar», recuerda un viejo amigo, Vítor. «Pero se enamoró de Félix y no me extraña, porque era muy elegante y atractivo, mucho más que su hijo... Ella también lo era, más atractiva que guapa, y muy cautivadora».
Fue casi un amor a primera vista. Daba igual que ella fuera la sobrina privilegiada y él uno de los empleados de su tío. Félix, que llegó a Setúbal procedente del Algarve, al sur de Portugal, trabajaba como conserje. Se conocieron, surgió el amor y se casaron un 21 de diciembre en la iglesia de San Juliao, en el centro de Setúbal. Poco tiempo después, en 1962, Maria Júlia ya estaba embarazada de Zé Mário, como conocen en la familia a Mou.
Todavía quedaba mucho para que aquel bebé se convirtiera en una estrella global. Pero ya desde el parto, según su madre, José Mourinho dio señales de ser «un chico muy voluntarioso». Aquella madrugada llovía a raudales, pero eso no impidió el nacimiento del futuro entrenador. Y eso que los médicos habían asegurado a su madre que su bebé no nacería hasta el día siguiente.
Tras una noche entera de parto, José Mário, como le bautizaron, venía al mundo el 26 de enero de 1963, a las siete de la mañana. Nació en casa de sus padres, prácticamente sin ayuda: sólo tuvo que intervenir una matrona porque traía el brazo mal colocado. Ese día, su padre, futbolista profesional, tenía partido. Quizá en ese momento ya naciera en Mou la pasión que, medio siglo después, le ha convertido en uno de los mejores -y más polémicos- entrenadores del mundo.
Y eso que su madre siempre prefería que José -o Mário como le llama ella siempre- se dedicase más a los estudios que al fútbol. Aunque al chaval siempre le tirara más el deporte que los libros de texto. No pasaba un año sin que Papa Noel le trajera una pelota. Para él, un regalo sólo era un regalo si se trataba de un balón de fútbol. También tenía perros, a los que bautizaba con el nombre de futbolistas extranjeros. Uno de ellos, al parecer, se llamaba Gullit.
A los 23 años, ya estaba claro que la carrera futbolística de Zé Mário estaba destinada al fracaso. Así que, según su biógrafo, la madre le apuntó a una escuela de negocios. Pero el joven Mou sólo acudió a clase un día: poco después, se apuntó al Instituto Superior de Educación Física de Lisboa. «Creo que ese fue el momento más significativo de su vida», ha dicho Joel Neto. «Ese fue el día que se dijo a sí mismo: "Voy a demostrar a mi madre que puedo ganarme la vida con el fútbol"».
Hasta la fecha, se ha cumplido este propósito con creces. Aunque, estas Navidades, atraviese el momento más amargo de su carrera de entrenador. Con la Liga casi perdida, se da por descontada su salida del Real Madrid este verano, tras su enfrentamiento con Casillas. Pero, a su llegada a Portugal, Mou se mostró sereno: «Hago lo mejor para el equipo o al menos lo intento... Viene bien perder para saber lo que otros sienten».
En Setúbal, su tierra natal, le aguardaba, como cada Navidad, su madre, la mujer de la que ha heredado su disciplina y su carácter. Desde que se jubiló, Maria Júlia Mourinho se dedica a tiempo completo a cuidar a su familia. Estas fechas son sagradas para el clan, que hace lo posible por reunirse por Navidad. No celebran las fiestas en la casa en la que vivió de niño el entrenador merengue, sino en una vivienda, mucho más lujosa, a las afueras de Setúbal.
Cada año, la madre lo recibe con los brazos abiertos y la mesa puesta. Aunque lo suyo nunca ha sido la cocina. «Desde que me jubilé dejé de hacer lo que me gusta [dar clase] para pasar a hacer lo que no me gusta», confesó una vez Maria Júlia, que aún así sigue haciendo de anfitriona para su hijo, nuera y nietos. [Su hija Teresa, hermana de Mou, falleció de septicemia en 1997, a los 37 años].
Como buena familia portuguesa, el bacalao no puede faltar en la casa de los Mourinho. La receta tradicional en Nochebuena es cocido con verduras. No es el plato favorito de Maria Júlia, pero lo prepara porque sabe que a su marido le gusta mantener la tradición. Con la carne, la matriarca ya se permite más licencias y no tiene problemas a la hora de sustituir el tradicional pavo por pato, porque le resulta menos seco.
Tampoco faltan en la mesa de los Mourinho los dulces navideños caseros, que Maria Júlia prepara con ayuda de una empleada. Siempre hay azevias, un postre hecho a base de harina que la madre de Mou cocina siguiendo la receta de su abuela. Tampoco el tradicional bolo rei, una especie de roscón de reyes que en Portugal se come en Navidad y que ella compra cada año en la misma pastelería. Y, por supuesto, los coscoroes de boniato, que tanto gustan al rey de la casa.
De hecho, los padres de Mou son personas de hábitos fijos. Félix, antiguo portero del Vitória de Setúbal, sigue yendo al Estadio do Bonfim a menudo, para beber un café y convivir con antiguos amigos y compañeros de equipo. Es de los pocos sitios a los que no le acompaña Maria Júlia, que nunca ha sentido la pasión que su marido y su hijo sienten por el fútbol. El resto del tiempo, marido y mujer lo pasan juntos y muchas veces se les ve por el Mercado do Livramento, a donde van a comprar los fines de semana.
Estos días, su plácida rutina de jubilados se ha visto interrumpida por la fugaz visita de su hijo, quien dos días después de Nochebuena ya estaba rumbo a Dubai. Quizá Papa Noel no le haya regalado un esférico, como en sus años de infancia. Pero sí la tranquilidad de unos días en su casa materna que, últimamente, no disfruta en el banquillo merengue.410730.872310482.497556449.997354999.9940.0000.00020289.325280849.16327691.597303074.1630.0000.000310549.99332669.997406104.668354932.4970.0000.00021501.584191949.163267449.981354932.4970.0000.000Hija ilegítima, criada por un tío abuelo millonario, es la mujer que más marcó su personalidad. En plena crisis del Madrid, «Mou» pasó la Nochebuena con ella. La localizamos en Setúbal21334.459233378.649117144.502273396.6630.0000.000LA misteriosa MADRE QUE PARió a mourinho 24184.656192693.002177909.188233300.3480.0000.00024638408.jpg36323.38032669.997267449.997180836.6630.0000.000Maria Júlia Mourinho, de 73 años, en su casa de Setúbal (Portugal). Su hijo, entrenador del Real Madrid, prohíbe a su progenitora que conceda entrevistas. / JORGE CARMONA37051.722181020.012267449.997186640.2010.0000.00024638415.jpg423356.87232669.997556422.781210469.9970.0000.000